Cómo realizar una buena exposición oral
Existen pocos miedos más comunes que el de hablar en público. La idea de hacer algo mal o quedar en ridículo delante de otras personas nos aterra, pero aquí te daremos unas cuántas claves para quitarte esa idea de la cabeza y realizar una exposición oral perfecta.
La clave imprescindible a la hora de hablar delante de otras personas es la seguridad. Para conseguirla, deberás trabajar la preparación de la exposición y el aspecto psicológico.
Respecto al primer punto, resulta evidente que, si nos obligan a comentar un tema del que no tenemos apenas información, el resultado será nefasto. Se nota cuando alguien controla el tema sobre el que está exponiendo. Por lo tanto, si quieres parecer un experto en tu presentación oral, debes informarte. Prepara a conciencia la presentación, lee varias veces toda la información que tengas e indaga en internet sobre la temática. En definitiva, empápate de todo el conocimiento que puedas y evita aprender de memoria lo que tienes que decir. De esta forma, aunque olvides algún dato que debas comentar o te quedes en blanco, será más fácil encontrar una salida.
Ordena la información que vas a exponer. Categorízala como imprescindible o complementaria para que sepas que es lo que tienes que decir sí o sí y que otra información puedes omitir si vas falto de tiempo o añadir en caso de que te estés quedando corto.
Una buena herramienta de apoyo para jerarquizar la información es el PowerPoint. Coloca ahí la información clave, la que tu público debe leer. Sin embargo, no caigas en la práctica habitual de leer como un loro el PowerPoint de 30 diapositivas llenas de texto que no debes preparar.
Practica. ¿Existe mejor preparación que la práctica? Repite lo que vas a decir delante del espejo o incluso delante de algún amigo o familiar para acostumbrarte a exponer esas ideas delante de otras personas. Hazlo las veces que necesites, calcula el tiempo de exposición que necesitas y detecta tus puntos débiles.
Por otro lado, prepárate psicológicamente para el momento de ponerte en frente de un gran número de personas. La confianza en uno mismo lo es todo para este tipo de situaciones. La preparación de la que hemos hablado anteriormente es vital para mejorar tu confianza. Pero hay ciertos puntos que también debes tener claros.
- No es el momento más importante de tu vida. En dos días tu público no recordará cómo lo hiciste. Puede que tú lleves toda la semana pensando en el día de la exposición, pero tu público no. No le van a dar mucha importancia a lo bien o mal que lo hagas. Intenta hacer lo mismo y restarle importancia tú también.
- Respira. Es habitual sentir ansiedad antes de empezar. No te preocupes, respira hondo varias veces y comenzarás a sentir como tu cuerpo se relaja automáticamente.
- Trabaja tu lenguaje corporal. Un buen lenguaje no verbal no tiene por qué ser exclusivamente consecuencia de la seguridad del ponente, también puede ser la causa. Esconderte detrás de la mesa del profesor o del atril al a hora de exponer solo te pondrá más nervioso. Exactamente igual que adaptar una postura rígida. Pasea por el espacio que tienes para ello, mueve las manos y enfatiza gestualmente los aspectos más importantes de tu presentación para dar la sensación de que confías en tu trabajo.
Finalmente, cada uno tiene sus trucos personales. Durante la exposición, puedes mirar en mayor medida a la persona con la que más confianza tienes en la clase o simplemente mirar al fondo de la clase sin fijarte realmente en nadie, pero intenta ir variando las zonas donde miras y no quedarte toda la presentación con la vista fija en el mismo lugar.
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